Palimpsesto
2017
Palimpsesto es una palabra hermosa. Quizá porque apela a la poesía de la nostalgia, a la memoria de melancolía, a las cicatrices de una derrota, a la inevitable pérdida, a la reverberación de una huella. Raspar lo imaginado sobre una habitación hasta llegar a la primera piel. Ausencia del color, ausencia de forma, ausencia de los objetos, de las anécdotas, para rescatar el primitivo espacio interior que es la narración de un vacío.
-Carmen Dalau, 2013.
Erguido sobre dos pilares en su parte frontal y descansando sobre la lareda, cual león en reposo, se encuentra el condensador; convergencia de tiempos, espacios y vidas, las cuales se expresan y desenvuelven en unísono en distintas disposiciones espaciales, tanto verticales como horizontales, dualidades contrapuestas que bien reflejan la naturaleza de la vida. Condensa a la ligereza con la monumentalidad, la levedad con la pesadez, la mirada del hombre al cielo en una parte, y en respuesta, la atenta e inmutable mirada luminosa del cielo al hombre, yuxtaposiciones que aquí van de la mano.
Palimpsesto es una palabra hermosa. Quizá porque apela a la poesía de la nostalgia, a la memoria de melancolía, a las cicatrices de una derrota, a la inevitable pérdida, a la reverberación de una huella. Raspar lo imaginado sobre una habitación hasta llegar a la primera piel. Ausencia del color, ausencia de forma, ausencia de los objetos, de las anécdotas, para rescatar el primitivo espacio interior que es la narración de un vacío.
-Carmen Dalau, 2013.
Erguido sobre dos pilares en su parte frontal y descansando sobre la lareda, cual león en reposo, se encuentra el condensador; convergencia de tiempos, espacios y vidas, las cuales se expresan y desenvuelven en unísono en distintas disposiciones espaciales, tanto verticales como horizontales, dualidades contrapuestas que bien reflejan la naturaleza de la vida. Condensa a la ligereza con la monumentalidad, la levedad con la pesadez, la mirada del hombre al cielo en una parte, y en respuesta, la atenta e inmutable mirada luminosa del cielo al hombre, yuxtaposiciones que aquí van de la mano.
-Carmen Dalau, 2013.
Erguido sobre dos pilares en su parte frontal y descansando sobre la lareda, cual león en reposo, se encuentra el condensador; convergencia de tiempos, espacios y vidas, las cuales se expresan y desenvuelven en unísono en distintas disposiciones espaciales, tanto verticales como horizontales, dualidades contrapuestas que bien reflejan la naturaleza de la vida. Condensa a la ligereza con la monumentalidad, la levedad con la pesadez, la mirada del hombre al cielo en una parte, y en respuesta, la atenta e inmutable mirada luminosa del cielo al hombre, yuxtaposiciones que aquí van de la mano.